En principio nosotros somos los principales querellantes en esta causa. Esta causa efectivamente es la 1777, del año 2007, que duerme el sueño de los justos,
está quietada en el juzgado de Río Grande, solamente se convocaron a indagatorias a cuatro militares, de los 200 denunciados y hay muchísimos testimonios, muchos aportes testimoniales, que también son de compañeros chaqueños y que creemos que esto sucede porque hay un pacto en alguna medida de impunidad sobre esto.

Hay que recordar que “el informe Rattenbach” fue muy taxativo a la hora de hablar de las responsabilidades de los militares en Malvinas, desde el hecho de no haber tenido una inteligencia común, hasta el hecho de la logística, obviamente el armamento, y la preparación de los soldados para una guerra con estas características. Que es prácticamente una de las últimas guerras cuerpo a cuerpo, como la de Malvinas del 82. En ese sentido, se dieron prácticas muy similares a las que existían en el continente por parte de las fuerzas armadas, los procesos de tortura, estaqueamiento, mojar a soldados en sombra, en la posición de estaqueado, los malos tratos verbales, inclusive, con aquellos que no eran de la religión católica, como el caso de los compañeros que eran judíos. Y en muchas unidades militares de las distintas fuerzas se dieron estas prácticas, por lo tanto, establece una tecnología de impunidad, a partir de una concesión, doctrinaria que tenían la fuerza armada, que era la seguridad interior.

Entonces, nosotros seguimos insistiendo en esto. En el día de hoy, el 1º de abril, volvimos a ratificar sobre la base del principio de la verdad ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el Acceso a la Justicia, que vemos que el Estado argentino debe reparar a las víctimas y la reparación no es, en este caso, solamente una cuestión económica, sino que tiene que ver con una cuestión de conocer la verdad, De que cada uno de los argentinos sepamos qué pasó, para que, obviamente, si vos no conoces, es muy difícil que no vuelvas a repetir los errores del pasado. Y, obviamente, bueno, eso genera en todos los argentinos el Estado en deflexión. Por eso creemos que el Estado debe tener un rol activo y que la justicia, como tal, debe tener los pantalones largo y no vivir pendiente de los carpetazos, porque creemos que es la única manera de generar un precedente para las generaciones venideras y un país con mucha dignidad humana.

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